El renacuajo quejoso | audio cuento infantil
El renacuajo quejoso
– ¡Bah! —bufó grosero— ¡Qué sabrás tú de los patos, me gustaría saber! Me han dicho que hace sólo cinco semanas que estás en este estanque, así que puedes estar seguro de que no pienso escucharte. ¡Yo he estado aquí durante toda mi vida!
– Bueno, tienes sólo tres semanas de edad —respondió el sapo— No seas bobo, te hace falta una regañina.
Así pues, todos los renacuajos se reunieron y el descarado renacuajo fue castigado.
Estaba furioso. Se fue nadando hasta los otros renacuajos y les contó lo sucedido.
– ¡¿Para qué nos sirven los sapos?! —gritó— ¡Horribles criaturas malvadas! ¡Abajo los
sapos!
– Recorreré el estanque y me quejaré de ellos a todos los que viven aquí.
Así que se marchó nadando y fue a donde estaban de charla la carpa y el pez espina.
– Quiero presentar una queja contra los sapos —dijo— ¡Abajo los sapos! ¡Expulsadlos del estanque! ¿Estáis de acuerdo conmigo, pez espina y carpa?
Los peces se pusieron a reír tanto que no pudieron responderle.
Y el renacuajo se marchó de mal humor preguntándose de qué se reían.
Vio un gran escarabajo negro de agua y remó con la cola para subirse hasta él.
¡Abajo los sapos! —dijo— ¡Expulsadlos del estanque! ¿Está de acuerdo conmigo, escarabajo negro de agua?
– El escarabajo miró fijamente al renacuajo con cara de sorpresa y luego se echó a reír a más no poder y tuvo que subir a la superficie del agua para tomar más aire y respirar.
La actitud del escarabajo le pareció fatal y se fue nadando hacia un tritón.
– ¡Abajo los sapos! —le dijo al asombrado tritón— ¡Expulsadlos del estanque! ¿Estás de
acuerdo conmigo, tritón?
El tritón se puso a reír y se tragó tan de repente una mosca que estaba comiéndose que se
atragantó.
El renacuajo se enfadó muchísimo y se fue nadando hacia un caracol de agua.
– ¡Abajo los sapos! —dijo— ¡Expulsadlos del estanque! ¿Estás de acuerdo conmigo, caracol de agua?
– ¿Pero qué dices? —le respondió el caracol. Y se puso a reír de tal forma, que de su boca escaparon burbujas y subieron hasta la superficie como una sarta de plateadas cuentas.
– ¿Pero por qué se ríen todos cuando digo abajo los sapos? —gritó el renacuajo enfadado.
– ¡A mí no me parece gracioso!
El caracol de agua volvió a reír. Entonces el tritón, el negro escarabajo de agua, la carpa y el pez espina fueron a reunirse con él y también empezaron a reir.
Te haremos una promesa, renacuajo —dijeron— Si dentro de seis semanas vuelves a decirnos: abajo los sapos, expulsadlos del estanque… nosotros lo haremos. Ahora márchate.
– ¡Volveré dentro de seis semanas! —prometió el renacuajo ansioso. Y se alejó nadando muy contento.
Pero cuando pasaron las seis semanas, no regresó.
¿Y quién puede decirme por qué?
– Colorín colorado…
– …este cuento se ha acabado.